El Jardín Secreto


El Jardín Secreto (c/Conde Duque, 2) es un café-restaurante al que merece la pena ir en alguna ocasión,sobre todo si pretendes que sea especial. Desde luego lo que más llama la atención al entrar es su decoración. Es imposible definir un estilo en concreto, porque no lo tiene. Simplemente es una combinación de colores, luces, objetos variados y adornos que hacen que el lugar parezca sacado de un cuento, quizás al estilo Alicia en el País de las Maravillas o de una película de Tim Burton. Una combinación perfecta para hacer que el ambiente sea lo más acogedor y agradable posible. Sumado a esto está la llamativa cordialidad del servicio. Ayer nos atendió un chico que parecía el dueño, pero esto solo es una suposición. Demostró amabilidad desde el principio y durante toda la cena se preocupó de que todo estuviera bien, de que no nos faltase de nada y finalmente, nos aconsejó todo lo posible sobre los postres entre los cuales, os aseguro que es dificilísimo elegir.



La comida en el Jardín Secreto también es especial. Podría clasificarse como un restaurante de comidas del mundo, ya que hay un poco de todo pero siempre con un toque diferente y muy chic. Entre los entrantes podreís encontrar desde Dim Sum (empanadillas hervidas típicas de los chinos), hasta Cuscús vegetariano o mousse de pato. Nosotros no pedimos ninguno de estos, porque pretendíamos no llenarnos demasiado para llegar con hambre a los postres. En la sección de platos principales os costará elegir, al menos a mí me costó, porque todo suena apetecible y delicioso. Codorniz, mussaka, canelones rellenos de confit de pato, crêpes para vegetarianos, delicias de ciervo, raviolis rellenos de ricotta con salsa de boletus....Para chuparse los dedos. Nosotros pedimos un rissoto de gambas y setas un plato llamado The farm project; muslos de pato semi-salvaje con salsa de vino de Málaga y ciruelas. Las raciones son correctas; no te hinchas de comida, pero está bien. En otras ocasiones probé los raviolis, el cuscús y un hojaldre de salmón con queso brie fundido espectacular. Creo que nunca nada me ha decepcionado. De ayer, quizás el rissotto fuera más normalito, pero el pato estaba realmente bueno y tenía bastante que comer. Lo cierto es que te quedas con ganas de probar toda la carta.





Lo mejor llega en el momento de los postres. Para todos aquellos que no tenemos restricción alguna con los sabores, resulta una auténtica tortura tener que elegir entre los al menos 12 postres que ofrece la carta, muchos de ellos premiados en ediciones de concursos de cocina. Lo más típico quizás sea el postre conocido como "Muerte por chocolate". Ayer tuvimos intención de pedirlo, pero queríamos pedir ese y otro postre y el camarero, muy amable, nos recomendó que no lo hiciéramos...tal es el tamaño del susodicho, que pedirlo para uno solo resulta imposible. Así que como queríamos probar dos cosas, decidimos dejar la "Muerte por chocolate" para otro momento, aunque creo recordar que lo he pedido en otras veces y que desde luego merece la pena....Son bastante famosos en el Jardín Secreto los postres llamados Orgasmos, todos ellos de chocolate también. Son brownies variados con combinaciones deliciosas. Nuestra elección fue el Orgasmo de lujo; un apetitoso brownie con salsa de chocolate y dulce de leche coronado por un helado de huevo Kinder. Para la opción dos, lo teníamos algo más difícil. Peny no come nada con fruta ni queso, así que todas las opciones que a uno le pueden resultar muy muy llamativas, como la carrot cake, la cheesecake o la tarta tatín de manzana quedaban descartadas. Así que centramos nuestra atención en el Lingote de oro, del que no te revelan los ingredientes, ni siquiera si le preguntas al camarero, pero del que si te pueden decir que está hecho a base de frutos secos y no lleva chocolate. Finalmente nos decidimos por ese, y la verdad que no fallamos. Este postre es una especie de tarta con textura de mousse hecho a base de almendra con toques de turrón de jijona y con agua de azahar. El resultado es un sabor que recuerda bastante a la Navidad, denso pero no pesado, y bastante suave por tratarse de una mousse. Por su parte, el Orgasmo de Lujo no supone nunca un fallo, porque si te gusta el chocolate es imposible ponerle pegas. El brownie está muy conseguido, con enormes trozos de nuez, la salsa de chocolate con dulce de leche es espectacular, y la bola de helado de huevo Kinder es todo un detalle. Para digerir todo aquello, pedí una manzanilla que me sirvieron acompañada de unas originales mini galletas de ositos. Aunque desde luego el sitio ofrece también una amplia variedad de tés e infusiones.


Y al hilo de esto último, el Jardín Secreto es un buen lugar no solo para cenar, sino también para pasar una agradable tarda de merienda o incluso para tomarte unos cocktails antes de salir. Para merendar, a parte de los ya mencionados postres, la carta ofrece una variedad enorme de cafés y de chocolates del mundo, a los que pude echar un vistazo ayer y que desde luego hacen que se te pueda complicar aún más la elección. En el caso de los cocktails, también la oferta es amplia, y creo que no llegan a los seis euros de precio. En general, cenar en este restaurante no resulta caro. El precio final es más alto que en cualquier otro restaurante de cadena, más o menos en torno a los 22 euros que fue lo que nos costó ayer a nosotros, pero pidiendo bastante bebida, pan, los platos principales, dos postres y la manzanilla. Lo que se paga desde luego es el lugar; lo acogedor de la decoración y la tremenda amabilidad y hospitalidad del servicio. Para un día especial o para un capricho merece la pena. Y para la tarde, o la noche,ofrece una opción que tampoco resulta especialmente cara.




Un detalle: este restaurante, tal y como lo indica en la carta, destina parte de lo que ganan a obras sociales, y todo está elaborado con productos ecológicos.


El Jardín Secreto es un lugar al que si vas, seguramente te apetezca volver, ¡aunque solo sea para probar todo lo que no pudiste pedir la primera vez!














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