Día Mundial del Alzheimer


El pasado 21 de Septiembre se celebró el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad que, en la actualidad, supone la causa de demencia más común en el mundo. En nuestro país, 800000 personas sufren esta devastadora enfermedad y se preve que,a causa del envejecimiento natural de la población, está cifra habrá aumentado a 1,5 millones en 2050. Es importante que por eso, la sociedad tome conciencia de lo que significa y supone investigar para tratar de encontrar una cura contra esta enfermedad.

 Actualmente, la comunidad científica desconoce la causa que conduce a la neurodegeneración y a la consecuente pérdida neuronal. Dicha pérdida se produce progresivamente y va afectando a diferentes áreas cerebrales lo que acaba traduciéndose en una pérdida absoluta de la memoria y en último término a la demencia, haciendo que los pacientes ni siquiera sean capaces de saber cómo abrocharse una camisa o cómo llevarse una cuchara a la boca. En el Día Mundial del Alzheimer, la Fundación Reina Sofia celebró el VIII Simposio Internacional sobre "Avances en la enfermedad de Alzheimer", en el que expertos de diferentes áreas, desde la investigación básica hasta la clínica, se dieron cita para exponer los resultados concernientes a las últimas investigaciones sobre esta patología. Al acto acudió, como todos los años, la Reina Doña Sofía y en este caso la actual Secretaria de Investigación, Carmen Vela. Como investigadora en el campo y asistente al simposio, tuve que escuchar de boca de la señora Vela, como la "curación de esta enfermedad podría tener nombre español", aludiendo a los ensayos clínicos anunciados por Grifols la semana pasada en los que se patenta una vacuna como posible método paliativo (que no curativo) para combatir la enfermedad. No fueron los únicos elogios a la ciencia española. Sinceramente me resultó una ofensa, casi un insulto, escuchar tan enorme halago de chauvinismo, máxime cuando los recortes ejercidos por nuestro querido gobierno NO están acelerando la curación del Alzheimer, sino ralentizando no sólo la investigación de la misma, sino también la de otras patologías que actualmente afectan a un gran número de personas como el cáncer. Es importante que entendamos que la ciencia es el futuro; nuestro futuro, el futuro de las generaciones venideras. Que el crecimiento y la riqueza de un país puede fundamentarse en la ciencia y en la tecnología siempre y cuando se acepte que es una apuesta a largo plazo cuyos frutos no se obtienen de un día para otro. Los mismos frutos que cada uno de los que formamos parte de ese complejo mundo tardamos en recoger años, incluso décadas. Los mismos que hoy permiten que la gente pueda usar sus teléfonos móviles, curarse de una úlcera gástrica o saber el tiempo que hará pasado mañana y que harán que algún día la gente no tiemble al escuchar la palabra cáncer o no tenga por qué olvidarse jamás de sus recuerdos, de aquello que te hace ser. Mientras luchamos por ese futuro mejor, os dejo unos cuantos links que quizás os sean de interés:



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