Cerdeña; Septiembre 2012

¡Hola a todos!

Voy a inaugurar este Blog empezando por contar mi viaje más reciente a la isla de Cerdeña; un pequeño paraíso situado a no más de hora y tres cuartos  en avión de Madrid. Os relatara día a día qué hicimos en nuestro viaje incluyendo los mejores consejos para que disfruteís al máximo de la isla sarda.

Día 1 : El día 1 de Septiembre Peny (mi chico) y yo tomamos un avión dirección Alguero con  Ryanair. Tengo que decir que, pese al reciente revuelo mediático en torno a esta compañía, nosotros no tuvimos ningún problema y llegamos a la hora prevista, e incluso antes, como acostumbran gracias a su método "me quedo sin combustible, pido pista"...Las previsiones temporales ya desde Madrid no eran muy halagüeñas, pero nosotros  preferimos confiar en que los hombres del tiempo siempre se equivocan...por desgracia no fue así :(.

Lo primero que es importante tener en cuenta si viajais a Cerdeña es que debeis planear con antelación qué partes de la isla os interesa más conocer y fijar un sitio tanto de alojamiento como de destino al volar, ya que la isla tiene aeropuerto en Alguero pero también en Olbia y en Cagliari. Aunque nuestra opción, porque así se dio, fue la de fijar un único sitio para dormir, lo ideal en verdad es escoger dos localizaciones distantes de Cerdeña para dormir, ya que desde esos dos puntos podremos realizar rutas sin necesidad de hacer recorridos en coche muy largos. Pero debeis tener en cuenta que la isla es enorme; 24000 km2, asi que o Norte o Sur, pero todo, a menos que vayais un tiempo razonable (10-15 días), lo veo imposible. Implícito en esto queda la segunda recomendación indispensable para este viaje; alquilar coche. Nosotros lo hicimos al tiempo que reservamos el vuelo ya que Ryanair te hace descuento con Hertz, y puedo decir que no nos salió nada mal. Nos dieron un Lancia Ypsilon por unos 169 euros 7 días, que consumía tan poco que para los 1500 km que nos hicimos en ese tiempo tan sólo gastó depósito y medio de combustible...eso sí, era diesel y se notó. Por cierto, gasolina y diesel preparaos, porque están por las nubes, aunque, eso sí, no entendimos por qué pero las diferencias de precio eran bastante notables entre las diferentes gasolineras de la isla.
En nuestro caso, el alojamiento se localizaba en Vignola Mare, un pequeño enclave situado al norte de la isla en una localización bastante buena para visitar tanto el noreste como el noroeste de la isla, aunque las distancias, como comentaba, fueron más largas de lo esperado. Escogimos ese lugar de manera fortuita, porque encontramos una oferta en Groupon especialmente barata. Aunque esa oferta no sé si se repetirá, os recomiendo que buceis por las páginas de ese tipo, como Letsbonus, Groupalia, Offerum etc, ya que últimamente están sacado interminables ofertas para viajar a Cerdeña por precios irrisorios. De todos modos, si alguien prefiere escoger el alojamiento por su cuenta, es bueno saber que la isla está plagada de Bed & Breakfast al estilo británico. Eso sí, no sé como andarán de precio. Nuestro hotel era el Petri Marini. Os dejo el link por si alguien quiere echarle un vistazo  http://www.hotelpetrimarini.it/



















Se trata de un hotel de 3 estrellas bastante correcto.  A nosotros nos salió por un precio ridículo debido a la oferta que os comentaba, quizás a unos 110 euros la semana a cada uno, más o menos, con una cena incluida y todos los desayunos. El lugar donde se encuentra es privilegiado. Pinares alrededor, alguna pequeña casa y la playa a 150 metros. Aunque, si os soy sincera, esa playa ni la pisamos, porque hay tantas tan espectaculares que ver en la isla que a esa tan sólo nos acercamos para echarle un vistazo el primer día...En cuanto al servicio del hotel, es bastante bueno. En la recepción atendían por turnos una chica bastante maja y educada y un chico, típico italiano, que hablaba español. La  habitación que nos dieron fue amplia, cómoda, con un baño grande y vistas a los pinares :). Los desayunos; muy correctos. Un modesto buffet con café, infusiones, cacao y zumos con pastas (buenísimas), sobrecitos de nutella, croissants, fiambre, pan, mantequilla, cereales y fruta. De sobra para empezar el día con buen pie. La única pega del hotel, el wifi, que según nos dijeron, estaba estropeado por la antena y no podía usarse, así que no olimos internet en el hotel en toda la semana, y la tele, en italiano, of course, con algún canal inglés y francés, eso sí.

Como comentaba,ese primer día, sábado, llegamos a eso de las 3 de la tarde a Alguero. Aunque no llovía, el tiempo tampoco era espectacular; nubes y algo de viento. Así que aprovechamos para dar una vuelta por el casco viejo de la ciudad que es bastante agradable, y después, cogimos el coche para dirigirnos al hotel. El "paseo" fue bastante largo, quizás unas dos horas hasta llegar a Vignola Mare, así que nos plantamos allí a eso de las 8 de la tarde. Advertencia importante: las carreteras de Cerdeña son bastante regulares. Muchas curvas durante muchos tramos y a destacar, desde luego, la conducción suicida de los autóctonos o italianos peninsulares, no sabría deciros...Pero impresionante. Alcanzan tranquilamente los 120 Km/h por unas carreteras de 90 como mucho, y no tienen ningún miramiento en pegarse a tu "culo" y atosigarte para que les dejes adelantar. Te dan las largas, te hacen gestos...Y por supuesto, adelantamientos en prohibido, adelantamientos a 5 coches seguidos...en fin. Tuve experiencias similares en Croacia pero debo decir que aquí me sorprendió aún habiendo sido advertida previamente. Por eso no os sorprendais si veis numerosos ramos de flores y cruces por la carretera; lo que extraña es que no se maten varios cada día en esa isla...La primera noche, como decía, decidimos pasarla en el hotel tras dar una vuelta de reconocimiento por la zona, la playa y poco más. Estábamos cansados así que decidimos aprovechar la cena que nos incluía la estancia para esa primera noche, y ya entonces pudimos degustar la famosa pizza italiana. Hay que decir que, efectivamente, tienen un don para hacerlas siempre buenísimas, porque el horno de leña es un básico en todos los ristorantes pizzería que se precien. 


Día 2: Domingo 2 de Septiembre. Amaneció absolutamente nublado y amenazaba lluvia....Así que playa, imposible. Decidimos entonces ver todas aquellas cosas que, probablemente, si los días hubiesen salido como salieron al final, no habríamos visitado jamás. No porque no estén bien, sino porque con esas playas es imposible plantearte, o al menos eso creo yo, Cerdeña de otra manera. Y, os voy a ser sincera, Cerdeña es una isla muy bonita, muy verde y con lugares con encanto,pero desde luego, para pueblos y enclaves naturales, tampoco lo recomendaría como destino, ya que España en eso le puede dar mil vueltas. Pero bueno, las condiciones climáticas nos obligaron a buscar un plan alternativo, así que nos dirigimos hacia Tempio Pausiania, un pueblecito (también una región) cerca del cual se encuentra uno de los famosos nuraghes de la isla, edificaciones megalíticas muy típicas de la cultura sarda. Allí visitamos uno de ellos y pudimos ver un nido de pipistrellos, que es como se dice murciélago en italiano, bastante curioso, por cierto. Tras esta visita y una vuelta por los alrededores, encaminamos nuestros pasos dirección Nuchis, dónde nuevamente se puede observar, en medio del campo, un enterramiento prehistórico. A continuación, decidimos dirigirnos hacia Palau, una pequeña ciudad en la costa norte de la isla desde donde salen numerosos ferrys hacia la isla de la Maddalena, una de las maravillas de Cerdeña sobre la que más adelante os comentaré más. Lo cierto es que Palau es bastante agradable; tiene un paseo que bordea el mar y unas vistas bonitas, aunque entre sol, nubes y viento, se hace más desapacible. Al menos allí pudimos ver algún rayo de sol...Dado que era la hora de comer, elegimos un sitio dónde calmar nuestra hambre.Y este es el momento de comentaros algo más sobre dónde comer: Cerdeña está exclusivamente dedicado a la comida italiana; esto es, imposible encontrar algo que no sea un Ristorante Pizzeria. Eso sí, podeis elegir entre los sitios de comida rápida, donde por precios muy muy asequibles podreis disfrutar de una buena pizza, una focaccia, un pannini o una calzone (sin ir más lejos, por 6 euros podreis disfrutar de una generosa pizza hecha al horno de leña, algo que en España, por ese precio, es imposible encontrar). Si preferis algo más formal, podeis echarle un vistazo a los diferentes restaurantes; sus cartas, además de pizza, incluyen pasta de todo tipo, carnes y pescado. Eso sí, la carne y pescado de precios algo más elevados(18-20 euros el plato) y en cuanto a la pasta, nos sorprendió observar que en casi todos los sitios que ojeamos, los platos no bajaban de los 10 euros, algo que, por lo que algún colega italiano me ha comentado, no suele ser lo normal en otros sitios de Italia. En nuestro caso, en Palau elegimos un restaurante bastante normalito en el que encima por la hora, imagino (nosotros a nuestras 15.15 hora española...), no quedaba pizza, así que pedimos dos platos de pasta que resultaron bastante buenos, en concreto uno de penne con salsa pesto y pomodoro; una delicia. Otra advertencia: el cubierto se paga en todos los restaurantes....
Tras la comida dimos otro paseo y decidimos dirigirnos hacia Arzachena, que, en algún sitio, habíamos leído que merecía la pena.....Sólo puedo decir una cosa: no vayais. Jaja. Quizás las recomendaciones se refieren a la región, ya que Arzachena no es sólo el pueblo, y en los alrededores nuevamente encontramos numerosos enterramientos neolíticos y nuraghes, pero lo que es el pueblo....no tiene nada. Finalmente, y algo desencantados con nuestro primer domingo en la isla, por el tiempo, obviamente, pensamos que lo mejor sería terminar la tarde visitando el espectacular Porto Cervo, que en todos sitios se destaca como un lugar chic de la costa Esmeralda (la costa este de la isla típica del famoseo y los ricos), algo así como Puertobanus en España. Las distancias nuevamente engañaron y el camino desde Arzachena es larguito, y mucho más la vuelta desde Porto Cervo a Vignola Mare....cuidado con esto, que de noche conducir es aún más infernal que de día...

Porto Cervo: una decepción. Quisimos pensar que se trataba del tiempo; empezó a llover y estaba muy desagradable. Dimos una vuelta y efectivamente observamos las numerosas tiendas de las grandes firmas; Gucci, Dolce & Gabbana, Armani....y unos cuantos restaurantes en los que los platos no bajaban de 40 euros, pero lo que es gente....por ningún lado. Aquello estaba bastante muerto. Cuando nos dirigimos al puerto deportivo, más de lo mismo. Unos cuantos yates, veleros impresionantes y demás, pero poca animación, todo muerto y quitando el Yatch club, ni un sólo restaurante. Otro apunte sobre Cerdeña: el concepto de playas y puertos no parece ser el mismo que en España. Aquí estamos acostumbrados a tener playas con paseos, terracitas y restaurantes. Allí la playa suele estar apartada sin nada alrededor, lo que por otro lado, le da un aire salvaje bastante chulo, pero también,pierde gracia el no tener paseos marítimos como tal....Creo que este día ya cansados y algo decepcionados, decidimos volvernos al hotel y tomarnos unos sandwiches que, ilusamente, habíamos preparado para un posible día de playa...También estábamos preparados para lo peor, ya que las predicciones según la tv local, eran horribles al menos hasta el Miércoles...


Día 3: Lunes 3 de Septiembre. Sorprendentemente al abrir la persiana....¡¡¡sol!!!! No 
podíamos creernoslo. Estábamos tan emocionados que no teníamos claro a donde ir....¿costa Esmerada? ¿ Costa paradiso? ¿Stintino?. Finalmente decidimos dirigirnos hacia costa Esmeralda (1h 30 min de trayecto desde el hotel), y allí elegimos la playa de Romazzino como primer destino. Preciosa. No se puede decir más. Comimos nuestros bocatas allí y después de un reconfortante baño (el agua estaba impresionantemente buena) decidimos cambiarnos de playa y nos dirigimos a la cala Capriccioli, otra de las recomendaciones encarecidas de todos los viajeros que han disfrutado de Cerdeña. Efectivamente, la Capriccioli es una maravilla; pequeñita, acogedora, con vistas preciosas y, como en casi todas las playas y calas de la isla, con aguas turquesas cristalinas similares a las de el Caribe. Lástima que a eso de las 15.00 h empezó a nublarse...y no un poco...si no lo típico que empieza a ponerse muy muy feo y ves que aquello no va a levantar. Pero nosotros aguantamos el tipo y ya a eso de las 6 decidimos recoger nuestros bártulos y marcharnos, porque amenazaba tormenta. Lástima que debido a eso no pudimos darnos un bañito en esa impresionante cala. Recogidas todas nuestras cosas regresamos (largo camino) al hotel, nos duchamos y cambiamos de ropa y nos dirigimos a Santa Teresa di Gallura, una población bastante grandecita a 19 km de Vignola Mare. Tengo que decir que una grata sorpresa. Es un pueblo sencillito pero animadísimo.  Nos sorprendió, a diferencia de la experiencia del día anterior en Porto Cervo, ver como la plaza del pueblo, muy muy agradable, estaba llena de gente, de heladerías, restaurantes...La playa y la torre Longosarda o Torre Spagniola, dos de los atractivos de este lugar, decidimos dejarlos para una visita diurna. Así que nos limitamos a buscar un sitio para cenar, y así, dimos con un pequeño y modesto Ristorante al que volveríamos otras dos veces más durante la semana. Muy recomendable: Meloarancio food & drink, localizado en una de las callecitas que salen de la plaza del pueblo. Este modesto restaurante atendido por dos simpáticas camareras no os entrará por los ojos; la decoración es sencilla, quizás demasiado y, en comparación con los locales circundantes, resulta menos apetecible. Sin embargo, si miramos la carta detenidamente, los precios nos cautivarán un poco más, porque todos los platos son unos 4 o 5 euros más baratos que en la competencia. Además, y a destacar, no cobran cubierto. Esa primera noche cenamos unos mejillones al vapor para compartir (pequeñitos pero en una salsa muy rica), unos spaguettis carbonara y unos macarrones con verduras y setas. Todo buenísimo, especialmente los spaguettis, y por un precio asequible total de unos 14 euros por cabeza. 
Después nos dimos una vuelta por el pueblo y pedimos famoso helado italiano en una de las numerosas heladerías; otro musthave del viaje. El  de tiramisú, muy bueno, el de Bacci, excelente. Ese sabor está elaborado a partir de unos bombones italianos similares a los Ferrero Roche y de verdad, teneis que probarlo. Nuestro día terminó con ese delicioso postre y una sesión pirata de internet en una pequeña calle que baja de la plaza en dirección contraria al mar, en la que nuestros móviles pudieron captar wifi y pudimos enterarnos de que el Martes se preveía un día algo peor....


Día 4: Martes 4 de Septiembre. El día puede resumirse brevemente porque el tiempo fue tan absolutamente desapacible que hubo momentos en los que deseamos habernos llevado nuestro disco duro multimedia para quedarnos agustito en el hotel viendo series y películas...De ahí que saliéramos mucho más tarde del hotel, esperando a que parara la incesant lluvia que, desde que habíamos amanecido, acompañaba al día...Cuando remitió levemente, cogimos el coche y nos dirigimos hacia la parte noroeste de la isla, que sólo habíamos recorrido el primer día de Alguero a Vignola Mare. Toda esa costa es bastante bonita, aunque con la lluvia, menos increíbles de lo que realmente son. Nuestra primera parada fue en Castelsardo. El sitio es acogedor con un castillo en lo alto  que por un par de euros puede visitarse (con un museo etnológico dentro y un recorrido por las murallas). Nosotros decidimos no entrar y paseamos por las callecitas empedradas que rodean a la fortificación y a la iglesia, con tal mala suerte que entonces empezó a llover con más fuerza y acabamos calados....Nuestra parada para comer fue bastante rápida y escueta; nuestros ánimos estaban un poco bajos y tampoco teníamos demasiada hambre. Pero por aquello de resguardarnos de la lluvia y descansar un poco, nos tomamos una pizza y yo una ensalada en un pequeño local de comida rápida eso sí, con su incondicional horno de leña. Barato, como todos los sitios de ese tipo. Continuamos entonces el recorrido hasta Sassari. Esta es una ciudad bastante grande y animada y merece la pena darse una vuelta por sus calles del centro llenas de tiendas cafés y heladerías. A eso de las 18.30 empezó a salir el sol y pudimos disfrutar de un capuccino en una de las terrazas del centro. Nuestro recorrido de vuelta al hotel fue bastante largo (en torno a 1.45 min) así que al llegar descansamos nuevamente y nos tomamos nuestros sandwichespresumiblemente playeros mientras veiamos las previsiones del tiempo en la tele local sarda....


Día 5: Miércoles 5 de Septiembre. Aunque el día ameneció nublado nos pareció una auténtica mejora con respecto al día anterior. Nosotros no perdíamos la esperanza de ir a la playa, así que siempre llevábamos en el maletero del coche nuestra bolsita con la toalla y los bañadores, por si las moscas...Decidimos no alejarnos demasiado, porque si el día mejoraba, queríamos estar los primeros en la playa más cercana. Así que decidimos visitar Santa Teresa di Gallura esta vez de día, y acercarnos a su famosa playa Renia Bianca y a la Torre Longosarda, desde donde es posible divisar a lo lejos la isla de Córcega. De día Santa Teresa resultó igualmente encantador y además la temperatura  había subido notablemente. Cuando llegamos a Renia Bianca, el tiempo, muy similar al que podría hacer un día de verano en el norte de España, nublado pero caluroso, estaba bastante abarrotada de gente, que había aprovechado el descanso de la lluvia para darse unos baños y disfrutar del intermitente sol. Visitamos la Torre por fuera, el paseo alrededor y poco a poco el sol fue saliendo más y más hasta que se quedó un día de playa muy muy apetecible. No lo dudamos ni un instante. Peny se compró una calzone impresionante de prosciuto, pomodoro e funghi por 6 euros (grande como su cabeza, en serio) en Pizza Flash (a la entrada del pueblo) y yo me apañé  con el sandwich de jamón ibérico procedente de España :), nos pusimos bikini y bañador y nos bajamos a disfrutar de Renia Bianca, una playa de bandera azul con aguas turquesas en la que me pude dar un merecido baño. Alargamos nuestra estancia alli hasta las 5 más o menos; queríamos volver al hotel, ducharnos, y nos habíamos quedado con ganas de visitar Porto Rotondo, al estilo de Porto Cervo, por la curiosidad de saber si era diferente, mejor, más animado.....Nueva decepción. Paseo interminable hasta allí (otra hora y media de camino larga desde el hotel) y aún más muerto que Porto Cervo, aún con buen tiempo. Eso sí, bonito es. Tiene unos canales, barquitos, yates, un puentecito, algunos locales curiosos y tiendas de firmas hipercaras, pero al lado de Santa Teresa, nos pareció un fake. Así que, por qué no, decidimos acabar nuestro día en Meloarancio, donde esta vez disfrutamos de una ensalada marinera y unos espaguettis con mejillones muy típicos de la zona. Para chuparse los dedos.

Día 5: Jueves 6 de Septiembre. Por fin las predicciones para este día eran completamente inmejorables así que ya habíamos organizado nuestro día con antelación. Una de las visitas clave de Cerdeña es la Isla Maddalena, y hacia allí nos dirigimos. Para ello tomamos el Ferry en Palau. Nuestra compañía fue Delcomar, que por 42 euros entre los dos incluyendo el coche, nos llevó de ida y vuelta, pero hay otras muchas y creo que Enelmar es incluso más barata. Nosotros llegamos con el tiempo tan justo que no tuvimos oportunidad de elegir. El ferry te deja en el pueblo de la Magdalena y de ahí puedes moverte libremente hacia las diferentes playas y calas de la isla. Según nos recomendó la mujer de la oficina de turismo las mejores se localizan en el norte. Para nosotros la mejor, sin duda, la cala Spalmatore, en el noreste de la isla. Si quereis visitar otras, una recomendación; la cala Francese, en el sureste, es de acceso difícil. Teneis que andar unos 15 minutos largos desde el coche si lo dejais a la entrada, aunque mucha gente lo mete por un camino algo malo hasta casi el final. La cala es pequeña y el agua es igual de bonita, pero el entorno está algo sucio y viendo los sitios que hay, quizás esta no merezca tanto la pena. Lo que desde luego es imprescindible es visitar la isla vecina; la Caprera,a la que se accede por un puente que la une con la Maddalena. Está poco habitada así que se conserva prácticamente vírgen. Tiene numerosas rutas por las que se accede a calas impresionantes en la zona norte. Por falta de tiempo solo nos dirigimos a las accesibles en coche, en la zona sur de la isla. Nuestros pasos nos llevaron a la playa de Il Relitto. Absolutamente incríble.Un pequeño paraíso. Las aguas sin trasnparentes iguales a las que puedes ver en los reportajes de Punta Cana y demás lugares paradisíacos del Caribe, lo que te permite bucear por las rocas y ver los peces pasando alrededor de tus pies. En sitios como este te reconcilias con el mundo. 


Nuestra visita a las islas terminó aqui, ya que teníamos que coger el ferry y aún volver al hotel para arreglarnos. Nuevamente nuestra noche la pasamos en Santa Teresa. Era el único lugar cercano a nuestro hotel donde además habíamos descubierto una animación inusual. Esta vez decidimos innovar y cenamos en el restaurante de enfrente a Meloarancio, ante la mirada "triste" de nuestras casi amigas las camareras. La comida estuvo rica, más cara, eso sí, con pasta a la marinera y pizza al mismo estilo, amenizados por un hombre que tocaba el teclado entonando canciones en italiano, inglés y también español, eso sí, a un volumen demasiado alto para nuestro gusto. Eso si embargo atrajo a la clientela y en poco tiempo, nos quedamos rodeados de gente tomando cafés y copas mientras nosotros cenábamos nuestra pasta al horario español y los italianos,muy animados, cantaban todas las canciones que el hombrecillo interpretaba...Nuevo helado de Bacci y de vuelta al hotel preparados para nuestro último día en la mejor playa de toda la isla, según dicen; La pelosa, en Stintino.


Día 6: Viernes 7 de Septiembre. Salimos pronto del hotel tras nuestro desayuno diario en el buffet ( unos 6 croissants con nocilla de media para Peny...), y nos encaminamos hacia La Pelosa. Esta playa está en la punta noroeste de la isla, por lo que nos pillaba bastante alejada;unas dos horas en coche. Nos armamos de paciencia y, con nuestros múltiples Cds grabados que habíamos oido ya unas cuantas veces, nos dirigimos hacia nuestro destino. El camino, con un sol radiante, fue mucho más agradable. Eso sí, las ganas de llegar no hacían más que incrementarse minuto a minuto.Por fin llegamos a nuestro destino y puedo decir que solo por esta playa el viaje merece la pena. Cuando te bajas del coche y admiras la belleza de esa enorme masa de agua con diferentes tonos de azul, desde la transparencia pasando al turquesa, al azul intenso y después al azul marino, la playa con arena blanca, la pequeña torre en el islote....En fin, solo estando alli se puede entender esto. 

Eso sí, para quedarte el coche lo tienes que aparcar en zona azul, que por ser vispera de festivo nos salió a la friolera de 2 euros la hora...pero ya todo daba igual. La playa estaba bastante abarrotada pero encontramos nuestro huequecito y a partir de ahi solo disfrutamos: del agua, de los peces, del sol, y también de nuestro amigo "good very good", un negrito habitual por esa playa que vende relojes y camisetas de la manera más efectiva que he visto nunca. A mi desde luego me alegró la mañana, y, para que veais que no soy la única, tiene vídeos hasta en youtube http://www.youtube.com/watch?v=Y2qV1Jr5HrI. Menudo notas.
Dio mucha pena dejar ese paraíso y volver a montarse en el coche; pero queríamos evitar que se nos hiciera de noche así que a eso de las 6 partimos de vuelta.
Nuestra última noche finaliza, como no, en Santa Teresa de Gallura en el Meloarancio, como no iba a ser menos. Unos penne a la crema y unos gnocchi con pomodoro nos redondearon la velada. El viaje llegaba a su fin, pero nos fuimos con muy buen sabor de boca.

Día 7: Sábado 8 de Septiembre. Vuelta a Alguero y vuelo a Madrid....Se acabó lo bueno....snif snif


RECOMENDACIONES FINALES:

- Playas de La pelosa, Romazzino, Cala Capriccioli, Il Relitto (la Caprera), Spalmatore (la Maddalena) y Renia Bianca

- Palau, Sassari, Alguero y especialmente Santa Teresa di Gallura :)

- Restaurante Meloarancio en Santa Teresa y también Pizza flash

- ¡No dejeis de probar el helado de Bacci!

- ¡Atención cuando vayais en el coche! En la isla han reintroducido una especie de tortuga terrestre, la  Testudo marginata. Como buenos biológos que somos ( Y Peny friki, eso sí), le salvamos la vida a un par que estaban al lado de la carretera. Si teneis opotunidad de ver una os encantarán; son chulísimas.

-Porto Cervo y Porto Rotondo. Mejor el segundo, pero solo por la curiosidad de ver lujo. Quizás Septiembre ya no sea época para ver esos sitios en pleno auge. Si vais en otro momento quizás disfruteis un poco más de estos dos lugares. Si no, tampoco sacrifiqueis tiempo en ir a verlos porque os decepcionarán bastante.

- No es necesario que lleveis GPS. Nosotros íbamos algo inquietos por no llevarlo, pero con los mapas que te dan más alguno útil que os lleveis impreso del google maps os será suficiente. Los sitios y las direcciones están bastante bien indicados.

-Llevarse gatos no está de más. Este calzado de neopreno con suela de goma os puede ser bastante útil en algunas playas.

-¡ No olvideis gafas de bucear! Las aguas son tan transparentes que al lado de las rocas es posible ver un montón de peces.


Espero que mi experiencia en la isla sarda os ayude a todos aquellos que os planteis visitar la isla. Por un módico precio puedes ver una de las joyas del Mediterráneo.¡Hasta otra!



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